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6 de enero de 1839: El mundo siente curiosidad ante el anuncio increíble desde París
Hace 175 años, el 6 de enero 1839, el periódico de París Gazette de France
daba noticia de “un invento importante que había hecho Daguerre, el
famoso pintor y propietario del diorama. Su descubrimiento es presentado
como un milagro increíble. Se burla de todas las teorías científicas
sobre la luz y la óptica y promete, si resulta cierto, propiciar una
verdadera revolución en las artes escénicas. Daguerre ha descubierto un
método por el cual las imágenes que aparecen en una cámara oscura pueden
fijarse, de modo que estas imágenes ya no son más que reflejo temporal
de los objetos de la naturaleza, sino una reproducción permanente de los
mismos que se puede llevar a casa puede como de una pintura o un
grabado se tratase.”

Louis-Jacques-Mande-Daguerre,-1787-1851
Sólo un día más tarde el distinguido astrónomo François Arago confirmó la noticia de la Gazette en
un discurso a la Academia. “El señor Daguerre” dijo Arago, presentó a
tres miembros de la Academia: los señores Humboldt, Biot y Arago, los
resultados principales de su proceso: una vista de la gran galería que
conecta el Louvre con las Tullerías, una vista de la ciudad con las
torres de Notre Dame; vistas del Sena con sus distintos puentes y varias
fotos de algunas de las barreras en la capital. Todas estas imágenes
superaron la prueba el examen con una lupa y sin perder la claridad; al
menos esto es cierto para los objetos que no se mueven durante la
grabación”.
A estas imágenes probablemente también pertenece probablemente este
bodegón retratado en 1837 en el estudio de Daguerre. Este es el
daguerrotipo más antiguo que ha legado a nuestros días. Las
publicaciones de periódicos, pero especialmente la publicación del
informe de Arago en los informes de la Academia Francesa de las
Ciencias, despertó una gran curiosidad en el mundo y provocó numerosas
consultas a Alexander von Humboldt, como uno de los científicos a los
que Daguerre había mostrado sus tomas. Dos cartas de respuesta de
Humboldt que se conservan (a la duquesa Friedericke von Anhalt- Dessau y
al médico, pintor y crítico de arte de Dresde Carl Gustav Carus, quien
se había dirigido a Humboldt en nombre del rey de Sajonia), dejan claro
que en ese momento los detalles técnicos todavía eran un secreto de
Daguerre.

Cámara de daguerrotipo, 1839
Hasta entonces solo había mostrado en público los resultados de su
invento; la única información algo detallada existía en un prospecto que
Daguerre había mandado imprimir con la intención de distribuir manual
de instrucciones por suscripción. Sólo cuando Arago, en contra de la
opinión de Daguerre, sostenía que el proceso debería ser comprado por el
gobierno francés, consintió Daguerre en desestimar los planes de la
suscripción. Como director del Observatorio de París y el secretario
permanente de la Academia de Ciencias ,Arago gozaba de gran reputación
en el mundo de la ciencia. Él era también un miembro del Parlamento, por
lo que también tenía influencia política. Por consiguiente, estaba en
una situación particularmente buena para promover los planes de
Daguerre.
El hecho de que la Academia de Ciencias se ocupase tan en serio con
el daguerrotipo despertó al mismo tiempo, despertó la curiosidad de los
científicos, artistas y legos de todo el mundo. Todos, esa era la
impresión que se tenía, querían saber el secreto de Daguerre para poder
tomar fotos, para lo cual ya no eran necesarios los años de estudios
artísticos, algo que hasta entonces se había considerado como
indispensable. El mundo sentía curiosidad.

Daguerrotipista trabajando, 1843
Hoy , 175 años después de la invención de Daguerre, no nos podemos
imaginar podemos un mundo sin la fotografía, que es algo tan natural y
familiar para todo el mundo. El objetivo de todos los avances técnicos
en los años siguientes fue permitir el acceso a todos a la fotografía,
que en sus primeros días estaba reservada sólo a algunos. Muchos
acontecimientos revolucionarios siguieron hasta la digitalización de la
fotografía, con lo que al fin alcanza a las masas y en muchas partes del
mundo cada persona dispone al menos de menos un aparato de toma
fotográfica. Vinculado a esto es el gigantesco número de imágenes que
nos rodean. Las imágenes son el medio de comunicación de nuestro tiempo;
su fuerza y su poder nos inspiran y hechizan. Las fotografías no
conocen las barreras de los idiomas. El hombre, la criatura visual,
necesita imágenes, porque piensa en ellas y sólo con ellas se pueden
preservar los recuerdos de forma permanente.
Un punto muerto que muestre los últimos 175 años, no lo hay en la
fotografía. Los avances continúan, acoplados con una riqueza de facetas
nunca antes vista de posibilidades que el medio continuará ganando.